“Las úlceras por presión son una lesión localizada en la piel y/o el tejido subyacente, causada por la presión o la presión en combinación con fricción.
Las úlceras por presión suelen ocurrir sobre prominencias óseas, pero también pueden estar relacionadas con un dispositivo médico u otro objeto.” (1)
Para que se desarrolle una úlcera por presión, los tejidos deben estar sometidos a presión. Las úlceras por presión pueden ocurrir cuando el peso corporal de una persona se ejerce contra una superficie o mediante una fuerza aplicada externamente, como la fuerza de dispositivos médicos. Las úlceras por presión también pueden surgir de una combinación de estas fuerzas. La cantidad de presión necesaria para que se forme una úlcera por presión depende tanto de la intensidad de la presión como de la duración de la exposición del tejido a la presión. La sensibilidad a la presión varía entre individuos y en diferentes tejidos. El daño puede manifestarse como piel intacta o como una herida abierta.(1)
La fricción ocurre cuando la piel y/o las capas subyacentes de tejido se desplazan en relación entre sí. La fricción puede ocurrir, por ejemplo, cuando el paciente se desliza en la cama, cuando se eleva la cabecera de la cama o cuando un pie o un codo roza contra la superficie. Esto puede estirar o torcer los vasos sanguíneos, lo que perjudica la circulación en el tejido o, en algunos casos, detiene la circulación por completo.(1)
Es necesario que exista algún tipo de presión para que se desarrolle una úlcera por presión, lo que significa que las úlceras por presión no ocurren únicamente debido a la fricción. (1) La presión en combinación con la fricción puede ocurrir, por ejemplo, cuando la cama se eleva de una posición acostada a una posición sentada y el paciente se desliza hacia abajo sobre la superficie.
¿Qué sucede realmente a nivel tisular cuando se desarrolla una úlcera por presión? Las úlceras por presión surgen como resultado de dos factores etiológicos principales: isquemia y/o deformación celular.(1)
Cuando un área está sometida a presión sostenida, la circulación sanguínea en la piel se deteriora. Las células no reciben suficiente oxígeno, lo que resulta en la muerte celular, que a su vez conduce a la formación de úlceras por presión. Esto se conoce como isquemia. La muerte celular debida a la isquemia es típicamente un proceso lento, que lleva varias horas antes de que la célula muera y se haga visible una herida.(2)(3)
La deformación celular surge como resultado de la presión. Esta presión es lo suficientemente intensa como para dañar el citoesqueleto de la célula y provocar la ruptura de la membrana celular. La permeabilidad de la célula aumenta (la capacidad de la célula para permitir el paso de sustancias), y la célula pierde su capacidad para mantener sus funciones centrales. Esto, a su vez, lleva a la muerte celular y al desarrollo de úlceras por presión. La deformación celular, por otro lado, es un proceso que puede ocurrir muy rápidamente, y las úlceras por presión pueden desarrollarse en tan solo unos minutos.(2)